Una mayor inversión en herramientas digitales para avanzar hacia una gestión más inteligente del agua. Luis Mediero: “ahí están los mayores avances, en el tratamiento de los datos”.
Según prevé el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en los próximos años disminuirán hasta el 25% las provisiones hídricas nacionales, la cifra alcanzará el 40% en el sureste peninsular para finales de siglo. Con la emergencia climática actual, garantizar los recursos hídricos es más que una necesidad. Conocer al detalle las reservas, suministros, consumos actuales y demandas futuras es fundamental para garantizar el abastecimiento tanto en las ciudades como en los regadíos y la industria. La solución pasa por aprovechar las herramientas digitales, que permiten anticiparse a cualquier eventualidad y, además, reutilizar el agua para otros fines, como limpieza de calles, riego de zonas verdes urbanas, campos agrícolas…
“La evolución de las tecnologías relacionadas con los sensores ha tenido un papel importante. El despliegue de redes extensas nos ha habilitado para obtener grandes cantidades de datos, capaces de convertirse en información de valor para la toma de decisiones”, admite el director de Soluciones y Tecnologías Ambientales de Agbar, Guillermo Pascual. Esta empresa de origen español gestiona el ciclo integral del agua en 1.100 municipios españoles, entre ellos Barcelona, en los que viven 13,6 millones de habitantes. La compañía ha desarrollado una red de hubs denominada Dinapsis, que se nutre de los datos obtenidos por los sensores desplegados a lo largo de más de 68.000 kilómetros de redes de abastecimiento de agua potable y otros 35.000 de saneamiento. Cada día, estos dispositivos generan unos 15 terabytes de información, y los algoritmos de inteligencia artificial (IA) analizan todo este volumen descomunal de datos.
“Nuestro principal desafío tiene que ver con la digitalización. Debemos utilizar las mejores tecnologías para proporcionar a los consumidores un agua de calidad extrema y, a la vez, depurarla y devolverla a los ríos y al mar en las mejores condiciones”, coincide el presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (Aeas), Pascual Fernández. Herramientas como los gemelos digitales, computer vision, 5G, IA y machine learning, entre otras, se incorporan a todas estas soluciones de gestión hídrica.
La digitalización no solo mejora los procesos para la gestión del agua. También ayuda al consumidor final. Ocurre con la telelectura de contadores. El Canal de Isabel II ya proporciona este servicio en 300.000 puntos de suministro de la Comunidad de Madrid y su intención es conectar más de 1,6 millones de contadores en la región de aquí a 2026. Esta tecnología permite obtener información de los usuarios cada hora, los 365 días del año. De esa manera, se puede conocer con exactitud y casi al instante si hay consumos anómalos, fugas o pérdidas en las instalaciones, en vez de detectar los fallos con semanas de retraso. “Supone un ahorro de agua, de dinero y de molestias a los clientes. Desde que aplicamos esta técnica, hemos logrado reducir las roturas a un tercio”, admite el subdirector de Telecontrol del Canal de Isabel II, Javier Fernández.
“Ahí es donde están los mayores avances, en el tratamiento de los datos”, confirma el catedrático de Ingeniería Hidráulica en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Luis Mediero, quien menciona también otra tecnología muy útil en el sector: los drones. Para llevar a cabo el mantenimiento de las redes de alcantarillado, por ejemplo, se recurre a estos aparatos, capaces de monitorizar grandes superficies con imágenes en tiempo real.
Un PERTE con más de 3.000 millones de euros.
En un país tan expuesto a los efectos del cambio climático como España, transformar y modernizar los sistemas de gestión de los recursos hídricos es una cuestión de Estado. Con esta idea, el Gobierno aprobó a mediados del año pasado el PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua. El proyecto prevé movilizar más de 3.000 millones de euros, entre dinero público procedente de los fondos NextGeneration e inversiones privadas, y crear alrededor de 3.500 puestos de trabajo. Entre sus objetivos, plantea ayudas para que los municipios aumenten la implantación de sistemas de medición como contadores inteligentes y plataformas de bigdata para analizar toda la información recogida.