El Centro de Control de Túneles de Madrid Calle-30 lleva ya el nombre del ingeniero Manuel Melis.

El Centro de Control de Túneles de Madrid Calle-30 lleva ya el nombre del ingeniero Manuel Melis.

“La idea de este homenaje surgió en la Escuela, en un acto que se celebró allí el año pasado. Y fue una iniciativa de Alberto Ruiz Gallardón”, dijo el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida cuando le tocó hablar en el emotivo tributo que se le rindió a Manuel Melis este lunes 20 de enero en el edificio del Centro de Control de la M-30, ubicado en Méndez Álvaro 95.


“Es necesario que Madrid recuerde siempre a los que propiciaron el gran momento que vivimos hoy porque el mejor futuro de una sociedad como la madrileña también se proyecta sobre lo mejor de su historia. Y Manolo Melis forma parte preeminente de esa historia”.

El alcalde de Madrid señaló también que “no hay persona que haya contribuido más que Melis, desde el ámbito de las infraestructuras, a la transformación extraordinaria que han tenido la ciudad y la comunidad de Madrid a lo largo de las últimas décadas. Se suele decir que los ingenieros hacen posible lo imposible, y nadie es mejor ejemplo de eso que Manolo Melis”.


Almeida aprovechó para recordar los 100 kilómetros de Metro que se hicieron durante la gestión de Ruiz Gallardón en apenas ocho años. “Nadie lo creía posible, salvo el exalcalde y su equipo, en el que Melis era una pieza clave -recalcó-. Como nadie creía posible hacer el soterramiento de la M-30 en cuatro años, entre 2003 y 2007, y por lo tanto crear una red de túneles de 66 kilómetros que si no me equivoco es la segunda en extensión de todo el mundo y que permitió, en mi opinión, la transformación urbana más ambiciosa que ha tenido cualquier capital de Europa a lo largo del siglo XXI. Cuando se habla del mejor alcalde de Madrid, que fue Carlos III, es inevitable mencionar a Francisco Sabatini. Cuando se habla de Ruiz Gallardón y su legado extraordinario en Madrid, es imposible hacerlo sin mencionar a Manolo Melis”.


En el acto estuvieron también el exalcalde Ruiz Gallardón, la delegada de Obras y Equipamientos y presidenta de Madrid Calle 30, Paloma García Romero, el concejal de Puente de Vallecas, Ángel Niño, la Decana de la Demarcación de Madrid del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, María Dolores Esteban y el director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), José Miguel Atienza.


El objetivo del encuentro fue rebautizar al Centro de Control de la M-30, encargado de  supervisar todas las incidencias de la enorme circulación de automóviles que diariamente se mueven por esa vía urbana (un millón de coches por jornada, aproximadamente), con el nombre del ingeniero Manuel Melis, egresado y recordado docente e investigador de la Escuela de Caminos de Madrid. “Estoy seguro que esto inspirará a todos aquellos Manolos Melis que están en estos momentos en la Escuela para poder seguir teniendo la capacidad de seguir progresando como sociedad y como ciudad”, sostuvo Almeida. 


El reconocimiento del actual director de la Escuela de Caminos de Madrid


«Es raro que los ingenieros e ingenieras de caminos ocupen titulares o reciban reconocimientos. Yo lo prefiero así, la verdad. Y Manolo también. De hecho, conociéndole, no estoy muy seguro de que le hubiéramos convencido para que viniera a su propio homenaje -asegura José Miguel Atienza, el director de la Escuela de Caminos de Madrid. Habría que haber recurrido a decirle lo importante que era este homenaje para nuestra profesión o para nuestra Escuela. Porque Manolo amaba su profesión y su Escuela».


Atienza también subraya que el trabajo de los ingenieros es, ante todo, servir a la sociedad. «Y las infraestructuras civiles, en el fondo, son un logro colectivo, no de una persona -aclara-. Hablan de nuestro proyecto y nuestro compromiso como sociedad, de cómo nos cuidamos unos a otros y planificamos un futuro en común y a largo plazo. Son la forma más eficaz que hemos ideado jamás para empoderar a las personas en su vida diaria. Pongamos que cada uno de los madrileños visitaremos diez veces en nuestra vida el Museo del Prado. Soy optimista, lo sé… Es raro que cada uno de nosotros no utilicemos diariamente alguna de las infraestructuras que Manolo Melis ayudó a construir, ya sean los más de 100 kilómetros de Metro o los túneles de la M-30. Tendemos a olvidar aquello que utilizamos y necesitamos diariamente. Como si hubiera estado allí siempre. Pero es en realidad un logro colectivo y extraordinario. No deberíamos olvidarlo nunca».


Finalmente, el director de la Escuela enfatiza que le gusta pensar a la institución «como aquella que más ha impactado en la ciudad, mejorando la calidad de vida de todos sus habitantes hasta convertir Madrid en una referencia para el mundo». Para él, no es exagerado decirlo. «Evidentemente, no soy objetivo, pero el vínculo entre la Escuela de Caminos y Madrid es muy profundo y, en ese sentido, la figura de Manolo Melis es un emblema. Es, sin duda, el ingeniero que más ha cambiado Madrid. Es imposible concebir el Madrid en el que hoy vivimos sin la figura de Manolo. Por eso, este reconocimiento estuvo cargado de sentido. Me gustaría agradecer enormemente al señor Alcalde, a la Delegada de Calle 30 y a todas las autoridades que han hecho posible este homenaje. Su nombre estará ya siempre en el lugar donde los futuros ingenieros e ingenieras de caminos seguirán velando por que la M-30 cumpla su función, sin alharacas pero sin descanso. Yo creo que eso a él le hubiera gustado»,


La renovación total del Centro de Control de Túneles de Madrid Calle-30


Las obras de soterramiento de la M-30 también hicieron posible la construcción del parque Madrid Río. En el marco de los 50 años de esta gran obra que ha cambiado el funcionamiento y la cara de la ciudad, se llevó a cabo una renovación integral del Centro de Control de Túneles de Madrid Calle-30, ahora llamado Manuel Melis, en los que se invirtieron 11,5 millones de euros financiados en un 90 % por los fondos Next Generation de la UE .


En el momento en que un coche entra en los túneles de la M-30, está permanentemente monitorizado por las 1.850 cámaras de circuito cerrado de televisión distribuidas a lo largo de un trayecto dotado con más de 700 postes SOS, más de 200 salidas de emergencia, 100.000 metros de tuberías de protección contra incendios, 2.500 bocas de incendios, 3.000 extintores, 8.000 puntos de detección de incendios, 670 paneles de mensaje variable, más de 1.000 ventiladores, 3.500 altavoces, 120 puntos de medida de tráfico, una red de fibra óptica de 110.000 metros de longitud, 53.000 pantallas de iluminación, 40.000 luminarias, 150.000 metros de barreras de protección de vehículos, 33 pozos de bombeo y 450 analizadores de calidad del aire repartidos por toda la galería.


Los agentes de intervención de Madrid Calle 30 son los primeros en llegar al punto en el que se registra un incidente y los últimos en marcharse. La capacidad de respuesta está garantizada gracias a una flota de un centenar de vehículos y a las cuatro bases operativas estratégicamente emplazadas a lo largo del anillo, cuyos agentes actúan en un tiempo récord: en cinco minutos son capaces de llegar hasta cualquier lugar del túnel donde se registra un incidente y de resolverlo en una media de 17 minutos, según datos oficiales de las actuales autoridades de la Comunidad de Madrid.

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